REGIONALISMO E IBEROAMERICANISMO EN MIGUEL ARCE
Resumo
Parafraseando a John B. Thompson, el discurso del México de Afuera llegó a ser el “marco de referencia estándar que se promovía como la base aceptable y común de intercambio simbólico” entre los diferentes estamentos de la colonia mexicana de San Antonio, Texas, una bullente ciudad industrial en la década de 1920. Si bien el México de Afuera puede considerarse, en general, una de las tantas construcciones discursivas que se oponen o presentan como alternativas a la cultura centralizada del nuevo Estado mexicano, es posible identificar en su interior distintas corrientes de pensamiento configurándose, polemizando, desapareciendo o estabilizándose. La división más notoria la encontramos en los desacuerdos en torno a la noción de patria: mientras que los liberales del porfiriato señalan a la patria como el marco de intercambio simbólico dentrode la tradición (Nemesio García Naranjo, José Ascensión Reyes, Teodoro Torres), los nuevos liberales apuestan por el concepto de raza iberoamericana (Miguel Arce, Rodolfo Uranga). El presente artículo ahonda en este debate comentando dos series de artículos firmados por Miguel Arce: “Mi idea patria” (1925) y “El sabor del momento” (1926). El pensamiento de Arce es interesante en la medida en que no sólo rescata una de las manifestaciones del regionalismo porfirista de provincia, reinterpretándolo al contrastarlo con el concepto de patria de un liberal decimonónico como Teodoro Torres; también, llegado el momento, dialoga con el iberoamericanismo de José Vasconcelos.